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1. ¿En qué consiste la felicidad?

Quiero comenzar con esta pregunta porque siendo la felicidad uno de los mayores anhelos perseguidos por el hombre, parece esquiva para la mayoría de las personas.

Como base de partida, tomaremos la definición de felicidad:


De forma resumida podríamos decir que "la felicidad es un estado de ánimo que produce satisfacción y alegría”, un estado que no es continuo y se trata de que sea lo más continuo posible.

Esta frase afirma que la felicidad es un ESTADO, y voy a comenzar por ahí:

Tomaré como ejemplo el agua. El agua tiene varios estados: sólido, líquido y gas.

Toda molécula de agua puede llegar a experimentar los tres estados ya que el agua del mar es líquida y al evaporarse (gas) los vientos pueden conducirla hacia las cimas de las montañas y descargar en forma de agua (lluvias, ríos que la conducen de nuevo al mar en estado líquido) o en forma de nieve (sólida) en muchas partes del mundo, como el polo norte donde se acumula en forma de glaciares (hielo sólido) para volver a fundirse y retornar nuevamente al mar.

Pero lo verdaderamente fascinante del agua no son sus estados, sino sus PROPIEDADES:

Estas PROPIEDADES del agua conforman su SER. ¿Y qué es el agua?

El agua es el más importante de todos los compuestos químicos y uno de los principales constituyentes del mundo en que vivimos y de la materia viva.


El agua es una sustancia que ocupa tres cuartas partes de la superficie terrestre en forma de mares y océanos donde habita una extensa cantidad de especies animales y vegetales.

El agua regula la temperatura del planeta, es un excelente disolvente y una fuente de energía hidroeléctrica.

Todos los seres vivos disponen de un organismo compuesto esencialmente por agua y necesitan agua para vivir.

El agua compone el 70% del cuerpo humano.

En definitiva, el agua se encuentra en el centro de la vida. Sin el agua, la vida que conocemos simplemente no existiría.


Por lo tanto, que el agua se encuentre en un momento dado en estado líquido, gaseoso, o sólido no es tan relevante como el hecho de que el agua ES y ESTÁ en el centro de la vida.
Dicho de otro modo: lo que el agua TIENE (estados) no es relevante frente a lo que el agua ES (propiedades). 

Repito:

Lo que el agua TIENE no es relevante frente a lo que el agua ES. 

Así pues, el agua posee una serie de propiedades que la hacen única y podríamos decir que cada una de estas PROPIEDADES es un ATRIBUTO o un DON que tiene el agua.

De la misma forma, yo afirmo que:

Lo que el hombre TIENE no es relevante frente a lo que el hombre ES.

Lo que el hombre TIENE (estados de ánimo tales como la felicidad, la tristeza, la salud, la enfermedad...) no es relevante frente a lo que el hombre ES (propiedades, atributos o dones del hombre tales como la humildad, la soberbia, la mansedumbre, la vanidad...).

Al hombre actual le interesa exclusivamente el TENER (sobre todo, tener bienes materiales), básicamente porque al hombre actual sólo le interesa su propio estado (principalmente el estado de la felicidad, y que sea lo más continuo posible).

Y damos por hecho que todos conocemos la respuesta. Es decir, que todo el mundo sabe en qué consiste ser feliz.

Y si todo el mundo lo sabe, ¿cómo es que casi nadie lo es? La respuesta es que la verdadera felicidad es sólo una consecuencia, y nunca un fin en sí misma.


El hombre actual está centrado en tener éxito, prestigio y riquezas, en ser atractivos y en adquirir ocio a toda costa: coches, ropa, productos corporales, cirugía, gimnasia, viajes, cine, teatro, restaurantes,... El hombre actual es una gran boca abierta que se lo traga todo con la única finalidad de obtener una satisfacción momentánea a la que denominamos felicidad.

Esta ansia de TRAGAR pone de manifiesto el enorme vacío interior que hay dentro del hombre y que no consigue llenar con nada.

Por eso, necesitará cada vez TENER más y más. Tener de manera creciente.

El hombre actual trata de justificarse a sí mismo diciendo que acumula dinero y/o bienes materiales por el bien de sus hijos, cuando en realidad lo único que hace es alimentar su deseo de tener de manera creciente. Con la mayor acumulación de dinero y bienes materiales, la persona adquiere prestigio y buen crédito socialmente, lo cual retroalimenta el proceso complaciendo su ego, y aumentando aún más si cabe su deseo de tener de manera creciente así como su vacío interior.

Actualmente, la palabra prestigio denota buen crédito y reputación. No obstante, en la antigüedad el prestigio hacía alusión a la soberbia y la pomposidad. Su raíz etimológica está vinculada al engaño y al truco. Un prestidigitador, en este sentido, es quien hace trucos y logra embaucar a la gente, alguien que domina la ilusión y la mentira.

Sostengo que el prestigio en la sociedad actual no es más que una ilusión y una mentira. Más adelante explicaré el razonamiento que me ha llevado a tal conclusión.

Del mismo modo, el hombre actual se engaña a sí mismo creyendo que su capacidad de adquirir cosas y su deseo de tener de manera creciente, le protege de situaciones adversas que pudieran surgir en el futuro; cuando lo cierto es que sólo existe certeza con respecto al pasado, y con respecto al futuro, la certeza de la muerte.

Si le preguntas a alguien que es lo más importante en su vida, lo más probable es que te diga: "ser feliz".

Entonces la gente exclama: "qué bonito...", "qué noble deseo... "

En cambio, si alguno responde: "cambiar mi corrupción por honestidad"

Entonces la gente piensa: "vaya corrupto, ya lo sabía yo... "

Cuando lo cierto es que este último centra su vida en el SER (dones que llenan el vacío interior del hombre) mientras que el primero centra su vida en el TENER (tragar y tragar).

Si una persona estuviera absolutamente sola no tendría interacción con nadie, no habría nadie con quien compartir nada. Mas la realidad es que existen muchos otros individuos.

"TENER de manera creciente implica no DAR; nadie puede tener más cosas cada vez si las da a otros individuos". He puesto expresamente esta afirmación entre comillas porque merece de una atención especial que le dedicaré más adelante.

El no dar ni compartir, conduce a la persona hasta la más absoluta soledad interior, incapaz de superar el sentimiento de separación que siente respecto de todo lo que le rodea.

Luego el TENER creciente produce separación, división, soledad. Una incapacidad absoluta de AMAR.

Dado que en la sociedad actual el intercambio de bienes se realiza mediante el dinero, la frase anterior también puede reformularse así:

El amor al dinero produce separación, división, soledad. Una incapacidad absoluta de amar.

Y, ciertamente, la única manera de superar dicha separación es a través de la capacidad de AMAR.

Pero nadie puede amar si su vida está centrada en lo que tiene en lugar de lo que es puesto que amar es dar y, como hemos visto, el tener creciente implica no dar.

Un inciso: antes he afirmado que lo importante no es lo que el hombre tiene (felicidad, prestigio, salud, éxito) sino lo que el hombre es (vanidad, orgullo, egoísmo, soberbia) y es que ciertamente lo que el hombre tiene no es de su propiedad, no le pertenece. Y la prueba de que no es suyo es que se lo pueden arrebatar en cualquier momento. Mas lo que el hombre es, eso sí es de su propiedad y por eso lo llamamos propiedades, porque nadie nos las puede arrebatar.

Quiere decir esto que aquello que el hombre adquiere por sí mismo (es accesible) no le pertenece (porque le puede ser quitado), más los dones del hombre (propiedades de la persona como las propiedades del agua) eso sí le pertenece (porque no le puede ser quitado).

Insisto: lo que el hombre adquiere es accesible pero lo que el hombre es (sus dones), ¿serían accesibles? ¿Podemos tener acceso a la sabiduría, inteligencia, generosidad, belleza, honestidad, fortaleza, ... por nosotros mismos?

¿O más bien son inaccesibles para nosotros porque como toda propiedad o don, nos es dado?

Si el agua tuviese inteligencia podría experimentar sus diferentes estados (líquido, sólido, gas) y tal vez preferir alguno de ellos en concreto, pero ¿podría el agua escoger sus propiedades?

El hombre actual se centra en el TENER y rechaza el SER básicamente porque no tiene acceso a los dones de su propio ser, como el agua no tiene acceso a modificar su propiedades físico-químicas. De hecho, si sus propiedades cambiasen, dejaría de ser agua para transformarse en una nueva sustancia (en un nuevo ser).

Con esto hemos llegado a la respuesta a la pregunta formulada al principio: ¿en qué consiste la felicidad?

La felicidad consiste en centrar nuestra vida en obtener una satisfacción momentánea acumulando riquezas materiales y adquiriendo ocio de manera creciente por la sencilla razón de que no estamos dispuestos a reconocer con humildad que no tenemos la capacidad de modificar nuestro propio ser.

Entonces, si las propiedades/dones de una persona le son dados,  ¿cómo es que existen personas que habiendo sido orgullosas, se transforman en humildes?

¿Quiere esto decir que los dones de una persona pueden serles dados/quitados a lo largo de su vida, convirtiéndose así en un nuevo ser?

¿Es posible llegar a ser una nueva persona?

























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