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2. ¿Cómo llegar a ser una nueva persona?


Para responder a esta pregunta, de vital importancia, antes considero necesario abordar otra no menos importante cuestión y es la siguiente:

¿Cuál es el sentido de la vida?

La gran mayoría de las personas cree conocer la respuesta a esta pregunta, mas lo cierto es que son muy pocos los que conocen verdaderamente el sentido de la vida.

La respuesta más común ante esta cuestión suele ser: "la felicidad" o "disfrutar" y con estas respuestas ponemos fin a toda reflexión y damos por zanjado el asunto.

Ahora, yo te pregunto: ¿Lo dejamos ahí?

¿O estás dispuesto a reconocer, tras una reflexión más profunda, que esta vital cuestión permanece a la sombra mientras cada día te levantas para realizar una rutina que de ningún modo te permite descubrir el verdadero sentido de tu vida?

Si tu respuesta es la de continuar, déjame que te diga una cosa: has hecho bien en seguir buscando. Porque sólo se puede encontrar algo si se busca.

El sentido de la vida tiene mucho que ver con el concepto de la UTILIDAD. Una vida con sentido es una vida útil.

O dicho de otro modo, si pudiésemos conocer la utilidad de nuestra vida habríamos encontrado su sentido.

Antes de continuar, quisiera hacer un inciso sobre el que volveré más adelante: que no conozcas el sentido de tu vida, no significa que tu vida no tenga sentido.

He extraído el significado literal de la palabra ÚTIL: "provechoso, beneficioso, que puede utilizarse para algo; utensilio, herramienta"


Fijémonos especialmente en las dos últimas: utensilio, herramienta. Es decir, que la utilidad es una cualidad propia de los utensilios y de las herramientas.

Si una herramienta fuera inútil, no sería una herramienta. Para nada sirven unas tijeras si no cortan. Decimos que una herramienta es útil, cuando permite cumplir una función concreta en un momento dado y en unas circunstancias determinadas. Pero, ¿puede una herramienta cumplir su función por sí sola? ¿Puede un martillo clavar un clavo por sí solo? ¿Puede un martillo saber dónde hay que clavar un clavo y cuándo?

Obviamente, no. La herramienta sólo es útil si es utilizada, si es útil para su usuario. Un utensilio no sirve de nada sin alguien que lo utilice.

Así pues, en el concepto de utilidad se halla intrínseca la figura de un USUARIO. Por tanto, nuestra vida tiene sentido, si tiene sentido para alguien. Si es útil para alguien.

Y ese alguien es, evidentemente, distinto a la herramienta. Y aún más, ese alguien es superior a la herramienta. ¿Quién es mayor? ¿El martillo o el carpintero? ¿El vestido o el cuerpo? ¿El alimento o la vida?

Sería pues absurdo afirmar que el sentido de la existencia de un martillo es utilizarse a sí mismo, o que unas tijeras son útiles si sirven para cortarse a sí mismas. De igual modo, es absurdo pretender que tu vida sea útil para ti mismo.

Repito: no tiene sentido alguno afirmar que tu vida es útil para ti.

No tiene sentido alguno afirmar que el sentido de la vida es ser feliz uno mismo.

Permíteme que vuelva a resaltar esto último:

No tiene sentido alguno afirmar que el sentido de la vida es ser feliz uno mismo.

Como ya indiqué con anterioridad, la verdadera felicidad es una consecuencia, nunca un fin en sí misma. Es absurdo orientar nuestra vida a la búsqueda de la propia felicidad.

Más bien, reconozcamos que nuestra vida es de utilidad (tiene sentido), sólo si es útil para algo o para alguien que, por definición, está por encima de nosotros.

Antes he dicho: que no conozcas el sentido de tu vida, no significa que tu vida no tenga sentido.

En efecto, puedes estar realizando tu rutina diaria mientras desconoces el sentido de tu vida y, sin embargo, estar cumpliendo con una determinada función para alguien. En tal caso, ese alguien estaría extrayendo una utilidad de ti sin que tú seas consciente de ello.

A menudo, cuando pensamos en que nuestra vida no tiene sentido, en realidad lo que nos sucede es que de algún modo nos damos cuenta de que tiene sentido para alguien que extrae un provecho de nosotros en contra de nuestros deseos más profundos. De alguna manera, nuestra conciencia nos recuerda a quien deberíamos servir y a quién servimos en realidad.

Por tanto, dentro del concepto de utilidad no sólo se halla intrínseca la figura de un usuario sino que también es necesario incluir la función cumplida, la obra.

Herramienta, usuario y obra son tres conceptos que caminan juntos y que son inseparables.

Es decir, que de la utilidad concreta de una herramienta (la obra realizada), también podemos extraer una valiosa información sobre su usuario. Sobre esto volveré más adelante, aunque de momento utilizaré el siguiente ejemplo: el jardinero usa unas tijeras de podar para crear un jardín.

Y por la belleza del jardín conocemos al buen jardinero.

El buen jardinero cuida de su jardín y sabe crear y escoger las herramientas que utiliza.

El buen jardinero cuida también de sus herramientas: las pule, las lubrica, las afila, las suaviza. En definitiva, convierte a una herramienta inútil por sí sola o utilizada en jardines feos y secos, en una herramienta útil para cumplir una función en la creación y cuidado de un hermoso jardín. De ese modo, la herramienta empieza a SER (es decir, a tener sentido su existencia) en el instante en que empieza a SERVIR.

La herramienta empieza a SER en el instante en que empieza a SERVIR.

¿Qué hay mayor para una herramienta de jardín qué SERVIR al mejor jardinero?

Podríamos decir por tanto que, para unas tijeras de podar, el sentido de su vida o existencia es el de pertenecer y servir al mejor jardinero, formar parte de su caja de herramientas.

Tomemos ahora como ejemplo a un animal: el perro. Es fácil darse cuenta de lo absurdo que sería afirmar que el sentido de la vida de un perro es ser feliz él mismo (o que los perros aparecieron súbitamente en nuestro planeta para ser felices). Digamos más bien que la existencia del perro tiene sentido si y sólo si sirve para algo que es mayor que él (la manada, el ecosistema, un rebaño, su amo). La felicidad (alegría y bienestar) del animal no es más que la consecuencia de servir y amar a aquello que está por encima de él, por ejemplo, su amo: el perro obediente y fiel recibe el alimento, el descanso, la protección y el adiestramiento que su amo le proporciona sometiéndolo a pruebas (a veces duras) que aumenten su experiencia y, consiguientemente, su utilidad y valía.

Al igual que el jardinero escoge y cuida sus herramientas (las pule para limar las posibles asperezas), el buen amo escoge y cuida a su perro (le adiestra y le convierte en un animal dócil y fiel).

Como ya introduje con anterioridad, lo que el perro tiene (estados) es irrelevante frente a lo que el perro es (sus dones: fidelidad y valía).

De igual modo, yo afirmo que:

El sentido de la vida del hombre es servir a alguien mayor que el hombre mismo.

Llegados a este punto, ya estamos en condiciones de responder a la pregunta:

¿cómo llegar a ser una nueva persona?

Puesto que tú mismo no tienes la capacidad de modificar tu propio ser, sólo alguien distinto a ti y que es mayor que tú, podría convertirte en una nueva persona.

¿Y de quién estamos hablando?

En la sociedad actual, la inmensa mayoría piensa que la respuesta es: el DINERO.

Y esta es la gran mentira que admitimos cada día:

Que el dinero, herramienta de intercambio creada por el hombre, es mayor que el hombre mismo.

¿Quién es mayor? ¿El martillo o el carpintero? ¿El vestido o el cuerpo? ¿El alimento o la vida? ¿El dinero o el hombre?

Confiamos en que con dinero podremos adquirir alimentos, descanso y protección. Cuando el dinero lo hemos creado nosotros mismos.

¿Consigue el carpintero alimento gracias al dinero?

El carpintero consigue alimento gracias a su esfuerzo y a las habilidades que le han sido dadas, las cuales le permiten realizar una OBRA CON VALOR para alguien que, a cambio de quedarse con la obra realizada por él, le entrega a éste una cantidad de dinero equivalente.

En este ejemplo tenemos cuatro elementos: el carpintero, la persona que se quedará con la obra del carpintero, la obra en sí y el dinero para el intercambio.

Y, de entre estos cuatro elementos, ¿cuál es el único del que podemos prescindir?

El hombre se engaña a sí mismo cuando no reconoce que el que ama al dinero, olvida lo importante en la vida, y en su codicia no descansa jamás y aún así, su dinero no le hace aumentar en sabiduría ni le protege de enfermedades o de la muerte.

Antes he afirmado que de la utilidad concreta de una herramienta (la obra realizada), también podemos extraer una valiosa información sobre su usuario.

Así, propongo como ejemplo a una persona que se esfuerza para ayudar y alimentar a sus hijos y, con el tiempo que le sobra, también ayuda y alimenta a otros niños. Podemos decir que la vida de esta persona es útil, es una herramienta, su vida tiene sentido. Comparemos este ejemplo con el ejemplo del jardinero, la asociación sería la siguiente:


Las tijeras son útiles para el jardinero y, del mismo modo, la persona es útil para los niños. Al igual que el jardinero es mayor que las tijeras, para la persona los niños son mayor que ella. Es decir, que la persona sirve a algo mayor que ella misma: los niños.

¿Por qué?  Porque la persona que se esfuerza por los niños, se considera menor que ellos, es HUMILDE.

Las tijeras son útiles para el jardinero. La obra es el jardín.
La persona es útil para los niños. La obra es la alegría de los niños.

Al igual que por la hermosura de un jardín, conocemos al buen jardinero. Por la alegría de los niños, conocemos a la persona que los ayuda y alimenta.

Un amigo me dijo una vez: ¿te has dado cuenta de que a nuestros hijos les solemos llamar diciendo “vida mía”?

Llamamos a nuestros niños “vida mía” porque dan sentido a nuestra vida, y daríamos la vida por ellos, porque son nuestra vida. Y esto es porque llenan nuestro vacío interior.

Porque al SERVIR a los demás nos centramos en el SER, y no en el TENER.

Así es como se puede llegar a ser una nueva persona.


"Porque el Hijo del hombre no vino para ser servido, sino para servir y para dar su vida en rescate por todos."  Marcos 10:45.

"Ninguno puede servir a dos señores, porque odiará al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas."  Mateo 6:24.


¿Cómo llegué a conocer el sentido de la vida? Pues fue através de un hecho un tanto anecdótico. Me explico:

Hay una famosa frase de Einstein que me encanta:

"Cuando la solución es sencilla, Dios nos ha sonreído"

Durante muchos años me pregunté cuál era el sentido de la vida y no sólo me lo pregunté a mi mismo, sino que formulé esta pregunta a muchas personas sin que ninguna de ellas fuese capaz de proporcionarme una respuesta satisfactoria.

Hasta que un buen día, allá por el año 2009, decidí preguntárselo a mi hijo Isaac cuando tenía apenas 7 años. Por aquel entonces tuve la maravillosa oportunidad de acompañarle al colegio por las mañanas. Es sorprendente lo que da de sí un trayecto de escasamente 7 minutos caminando con la mente despejada junto a un niño de mirada lúcida y noble espíritu.

Los hechos acontecieron tal que así: en aquellos días su mejor amigo era un niño llamado Joel, un compañero de clase quien días atrás había invitado a varios niños, entre ellos a Isaac, a una fiesta para celebrar su cumpleaños, y en la que los niños le hicieron entrega de un regalo que habían preparado entre todos.

¿Cómo preguntar el sentido de la vida a un niño de 7 años? Tras una breve reflexión, la pregunta que le formulé fue la siguiente: "Isaac, dime una cosa; ¿a ti que es lo que más te llena, lo que más te gusta?" a lo que él respondió de inmediato: "Hacerle regalos a mis amigos"

HACERLE REGALOS A MIS AMIGOS

Era una respuesta magistral, maravillosa, nítida y que no necesitaba de más explicación. El sentido de la vida no era ni ser feliz, ni disfrutar, ni tener una familia, ni tener nada material; el sentido de la vida era, simplemente, HACERLE REGALOS A MIS AMIGOS.

Así fue como descubrí la verdad que subyace bajo la frase de Einstein:

"Cuando la solución es sencilla, Dios nos ha sonreído"

Ciertamente, Dios me había sonreído.

He descubierto que cuando Dios encuentra a uno de sus hijos, sonríe, y a mi no solamente me sonrió, sino que de cierto sé que me habló a través de mi hijo.

Y tengo la certeza de ello porque también tengo la confirmación.

Si el sentido de la vida es hacerle regalos a nuestros amigos. ¿Cuál es el mayor regalo que podemos hacer?

Piénsalo.

Pues claro! El mayor regalo que podemos hacer es regalar nuestra propia vida. Así pues, el sentido de la vida es regalarla a nuestros amigos y he aquí la confirmación:

"Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos"
Juan 15:13

Maravillosa Palabra pronunciada y cumplida por Jesús, el mismo que me habló a través de mi hijo y que te ha hablado a ti en este preciso instante.